Para el canal
Caracol, un Titán es un colombiano que desde el anonimato realiza
actividades de beneficio social sin esperar nada a cambio. Uno de
ellos es Fredy Rivera, un tolimense enamorado de los mapas, del
campo, del Eje Cafetero, de Filandia, Quindío, que está logrando
lentamente conectar con el mundo a los niños de las veredas.
Es raro que se
quite el sombrero. Suele usar uno hecho en El Guamo, Tolima, y no se
lo ha quitado desde que recorría los calurosos paisajes del valle
del Magdalena y debía protegerse del sol. Ahora se lo sigue poniendo
porque sabe que es parte de una identidad, la de ser un hombre del
campo. "A los vecinos les da mucha pena salir a la ciudad con
sombrero porque es el estigma de un campesino. Yo lo porto con
orgullo y, si por mi fuera, también recorrería Bogotá con machete
al cinto, como si fuera mi herramienta de trabajo".
Pero el machete
no es precisamente la herramienta de trabajo de Fredy Rivera. Él usa
otro tipo de herramientas, las de la tecnología y la conectividad.
Desde la vereda Pérez Alto en el corregimiento Arabia de la ciudad
de Pereira, en límites con el municipio de Filandia, Quindío, él
ha comenzado a conectar los niños del campo con el universo de la
virtualidad. Pero no para que se entretengan con Facebook, YouTube y
otros inventos de la Internet, sino para estudiar, para aprender y
ahorrar recursos.
Una de las
pasiones de Fredy es hacer mapas, y así como estos tienen la función
de visibilizar un territorio, del mismo modo se requieren
herramientas para que esa comunidad que se ubica allí pueda
comunicarse con el resto del mundo. De ahí nace la idea de Nuestra
Red, un sistema que dota a la comunidad rural de recursos, como
Wikipedia y una emisora, y "pone a disposición de los niños de
la zona cinco millones de artículos en español que les sirven para
complementar sus tareas o para enterarse de lo que sucede o sucedió
en el mundo".
Desde un celular,
una tableta o un computador, los niños y sus padres se conectan a
una especie de intranet -en una zona en la que la conexión a la
Internet suele ser mala o costosa-, un servidor hecho con un
computador reciclado en el que están los servicios que requiere la
comunidad. Así, los niños de las veredas no necesitan desplazarse
una hora en bus hasta Armenia o Pereira a consultar una tarea; y en
un futuro, un campesino podría, entre cosas, resolver inquietudes
sobre sus cultivos enviándole fotos o videos a una Umata* virtual.
Con el proyecto
Nuestra Red, Fredy fue ganador, en 2015, en la categoría tecnología
y conectividad de los Titanes Caracol, una propuesta que busca
destacar a personas que en Colombia trabajan sin ánimo de lucro por
el bien de la comunidad y en el anonimato. También recibió el
Premio Nacional a la Movilización Social Digital, en la categoría
inclusión, un reconocimiento que otorga el Ministerio de las
Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) a las
mejores iniciativas de fomento a la transformación social de las
comunidades y su entorno, con estrategias comunicativas gestionadas
desde canales digitales y redes sociales.
Un hombre del
mundo
Fredy Rivera
nació en El Líbano, un frío municipio del Tolima, más cercano al
nevado del Ruíz y a Manizales que a Ibagué y al valle del
Magdalena. Ha vivido en Alemania, en España, en Bogotá y, en algún
momento, aterrizó en Filandia, Quindío. Ahora vive con Yaneth
Urreste, su compañera de sueños, en Arabia, un corregimiento de
Risaralda, límitrofe con el Quindío. Su vida ha sido un constante
autoaprendizaje. Pasó por la universidad -para estudiar Publicidad-,
pero se dio cuenta de que ese espacio no le daba tiempo para
aprender. "Entonces decidí coger las riendas de mi propia
formación. Estudio por mi cuenta cocina, fotografía, mitología,
biología, y mi vida laboral se orientó hacia una sección del
mercado que es la de dirigir una empresa de desarrollo de software
especializado en salud e información geográfica":
Los buenos mapas
que se encuentran en Google y los que ofrece el Instituto Agustín
Codazzi no se pueden usar o reproducir porque tienen costo y derechos
reservados. Fredy hace parte de la comunidad OpenStreetMap, una
organización que está creando constantemente mapas libres del
mundo, por los que no hay que pagar. Allí, hace parte de HOT
(Humanitarian OpenStreetMap Team), un equipo que tiene como función
elaborar mapas para ser usados a nivel mundial en la atención de
desastres, como el ébola en África, el terrible terremoto en Haití
o la tragedia que ocasionó al desbordarse la quebrada La Liboriana,
en Salgar, Antioquia.
Entre esos mapas
están los de Colombia, el Eje Cafetero, sus capitales, sus
municipios, sus corregimientos, sus veredas, como esas en que Fredy
hace la labor de conectar el campo, esas que él llama 'la patria
pequeñita'. "El lugar donde vives, esa debe ser tu patria. Si
uno se muda de vereda, extraña a sus vecinos, como si se cambiara de
país. Cuando uno se va a vivir en Europa o a donde quiera, no
extraña al guajiro o al nariñense, no, lo que uno realmente extraña
es la calle, y es precisamente por esa micropatria por la que uno
trabaja".
“A ver, el
proyecto en nuestra vida es no dividir el trabajo de las demás
cosas, la clave es que las actividades que hagas para vivir jamás se
conviertan en trabajo. Que el trabajo sea tu tiempo libre. Lema:
'Vivir en sábado en la tarde', esa es nuestra consigna como pareja,
y la de nuestra fundación. Como ustedes ven, es viernes hoy, pero
para mí y mi esposa es como si fuera un sábado para ustedes.
Podemos recibirlos, ir donde los vecinos, vamos a comer rico, vamos a
tomar unas fotos. A mí me parece que el que odia los lunes como ama
los viernes, está en el trabajo equivocado".
* Unidades
Municipales de Asistencia Técnica